¿Por qué es importante mejorar la calidad de aire interior en tiempos de Covid-19?
Actualmente pasamos más del 80% de nuestro tiempo en ambientes cerrados, ya sea en el trabajo, en nuestro hogar o disfrutando el tiempo libre en centros comerciales, restaurantes, gimnasios, etc. Este hecho obliga que la buena calidad del aire interior sea primordial para el bienestar y la salud de las personas.
La baja calidad del aire interior en los edificios ha demostrado ser una causa directamente asociada a numerosas enfermedades como cefaleas, alergias, resfriados, irritación de vías respiratorias, etc., que al encontrarse presentes en los ocupantes del edificio son un indicio de lo que la OMS ha definido como Síndrome del Edificio Enfermo (SEE).
La necesidad de mantener un adecuado nivel de Calidad de Aire Interior (CAI), ha derivado en la publicación de normativas internacionales y leyes nacionales para dotar a los edificios ocupados por personas de sistemas para mantener estos estándares, siendo especialmente prioritario en la actualidad ante afectación del virus COVID-19 a fin de garantizar plenamente las condiciones de la Calidad de Aire Interior para reducir la posible carga infecciosa en el aire.
El aire contaminado que respiramos contiene diversas sustancias y partículas en suspensión, las cuales se miden según su tamaño, nos enfocaremos en solo 3 tipos:
- Partículas Gruesas (Ø>2.5 µm, Ø<10 µm): estas quedan retenidas en la mucosa de la nariz y la garganta. Generalmente son: Polvo, polen, moho, etc.
- Partículas Finas (Ø>0.3 µm, Ø2.5 µm): pueden penetrar hasta los alveolos pulmonares. Generalmente son: Aerosoles, partículas de combustión, vapores de compuestos orgánicos condensados y metales.
- Partículas Ultrafinas (Ø<0.3 µm): las más peligrosas ya que atraviesan los pulmones y pueden llegar a la circulación sanguínea. Son un factor de riesgo para muchas enfermedades: cardio y cerebrovasculares, respiratorias y cáncer de pulmón, entre otras. Generalmente son: núcleos de aerosoles, virus, bacterias, etc.
Estos tipos de partículas suelen permanecer en el aire y ser infecciosas durante períodos prolongados de tiempo (varios minutos, horas o incluso días) y, por tanto, pueden recorrer mayores distancias e infectar personas que no han estado necesariamente en contacto con la persona infectada.
La propagación de patógenos por el aire se produce a través de gotículas o aerosoles que suelen generarse al toser, estornudar, gritar, respirar, hablar, cantar, en las descargas de los inodoros y en ciertos procedimientos médicos. La mayor parte de las gotículas grandes caen por gravedad y se depositan sobre superficies a 1–2 m.
Con las enfermedades infecciosas propagándose por aerosoles aerotransportados, los sistemas de HVAC pueden tener un efecto muy importante en la transmisión de virus de persona a persona.
Debemos ser conscientes de que los sistemas HVAC no son capaces de abordar todos los aspectos de control de infecciones. Pero estos tienen un indudable impacto en la distribución de los aerosoles infecciosos, ya que pequeñas partículas de estos pueden permanecer en la zona de respiración y así provocar transmisiones del virus.
Es por ello que asociaciones como la Sociedad Americana de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado (ASHRAE, por sus siglas en inglés) y la Federación Europea de Asociaciones de Profesionales de Calefacción, Ventilación y Aire Acondicionado (REHVA, por sus siglas en inglés), han hecho algunas recomendaciones para mejorar la calidad de aire interior:
Aumentar la ventilación y extracción
Establecer tiempos prolongados de operación de los sistemas HVAC para mantener el recinto ventilado (24/7), considerando una ventilación a velocidad nominal 2 horas antes de ocuparse el edificio y 2 horas después de haberse desocupado bajar la tasa de ventilación a un 25% (no menos).
Evitar la recirculación
Es recomendable evitar la recirculación de aire, ya que por medio de esta podríamos reingresar partículas de aerosoles que contengan virus por medio de los sistemas de recirculación.
Filtración
Manejar una correcta filtración de aire en equipos centrales, en caso de que este soporte un cambio de filtros con mejor eficiencia. De lo contrario, utilizar sistemas portátiles de filtración, para disminuir la posibilidad de transmisión y contagios de virus.
Humedad y Temperatura:
Mantener los parámetros de humedad y temperatura dentro de los siguientes rangos: 70 – 75°F y 40 – 60% HR.
Estas recomendaciones se deben considerar como adicionales a las medidas de prevención de contagio utilizadas actualmente tales como: distanciamiento social, lavado de manos, medidas de higiene respiratoria, implementación de filtros sanitarios, limpieza y desinfección de superficies, etc.
Con base en anterior, Innes Aire ha incorporado a su línea de productos Purificadores de Aire interior tipo plug & play (no requieren instalación), equipos que tienen como propósito ayudar a mejorar la calidad del aire que respiramos en nuestras oficinas, locales comerciales, consultorios, restaurantes, etc.
Este tipo de equipos cuentan con diferentes etapas de filtrado que nos ayudan a retener partículas de hasta 0.3 µm, las cuales pueden contener moléculas de virus, además de incorporar luz ultravioleta como un sistema complementario para la inactivación de las moléculas de virus.